martes, 18 de octubre de 2011

Los que apostaron por T.T.



Cinco haikus de Tomas Tranströmer

Versión castellana:  Roberto Mascaró

Los pensamientos
en calma de mosaicos
en el palacio.

Un soplo duro
atraviesa la casa:
son los demonios.

Pinos rajados
en el mismo pantano.
Siempre y siempre.

Bosque asombroso:
Dios sin dinero vive.
Claras murallas.

Blanca y negra,
terca urraca, en zigzag
va por el campo.

El 6 de octubre le conceden su premio Nobel de literatura. Estaba entre los previsibles de Ladbrokes. Así fue como finalmente ganaron plata quienes apostaron al sueco. De aquí en adelante sólo el paso del tiempo tendrá la última palabra de cuanto perdurará Tomas Tranströmer (pronunciación aproximada: Tóumas Trasstráeme) en la memoria de los que gustan leer poemas. Poca gente, por cierto. Ojalá el porvenir sea benévolo para T.T. y todos los poetas del mundo, porque en ellos radica el tesoro escondido del lenguaje y nacen destinados para descubrirnos ese tesoro.
Valga reconocimiento al uruguayo Roberto Mascaró por sus espléndidas versiones al idioma castellano. De él son los haikus arriba copiados. Versiones me parece mejor dicho que traducción. Existen incontables traducciones hechas con ambos pies. La versión de Mascaró por supuesto que son traducciones desde el sueco original, más el estudio de ese idioma, más amoldar dos idiomas tan distantes, más la palabra poética del traductor. Total: un buen regalo para los lectores. Y no me refiero a esta mínima muestra con haikus de tradición lírica japonesa, pues Roberto ha traducido ó recreado casi toda la producción de Tomas. Lo ha venido haciendo desde 1988.
En cuánto al Nobel como premio literario siempre habrá mucha tela que cortar. Gustosamente me he acercado largos ratos a Wislawa Szymborska  (premio 1996), especialmente J.M Coetzee (2003)  Harold Pinter (2005), los demás se caen de mis manos y ojos, salvo algo de Dario Fo y V.S. Naipaul. Me he referido a premiaciones recientes relacionadas con la famosa casa Ladbrokes ; pobre de mí,  sin tener noticia sobre semejantes apuestas, de lo cual me entero este año, pero nunca es demasiado tarde para entrar en juegos de azar.
Mientras el transcurso del tiempo decide acerca del valor sobre T.T. digo gracias al también sueco Igmar Bergman, poeta del cine. El lenguaje de la poesía llega más allá de las letras como en Gritos y susurros.

martes, 11 de octubre de 2011

Preparar apuestas sobre los gallos de la literatura mundial

Ya nunca más habrá sorpresas porque Ladbrokers actualiza una lista con 78 contrincantes, cada uno en pos del premio Nóbel de literatura. Ladbrokers es una casa de apuestas británica, con historia centenaria  entrelazada por razones de fortuna a hoteles Hilton y empresas tales como hipódromos, casinos, bingos y loterías en línea con la globalización . Su juego principal han sido caballos, tan del gusto de los caballeros ingleses, hasta que un día llegaron  a parar con la poesía, incluyendo fútbol, boxeo, películas nominadas al Oscar,  galgos, política, música, finanzas, plástica, delgadas modelos de pasarela,  aunque se prefiera apostar sobre caballos vivos, a futuro, virtuales o irreales. Caballería sigue siendo la casa, aunque ese gusto no impidió echarse a la literatura. Por supuesto no se trata de leer ni escribir, sino apostar sobre uno o más de los 78 puestos en lista. Este año 2011 el favorito fue un sirio, pero no ganó nada. Solamente uno entre todos podía ser el afortunado. La casa cerró sus puertas a los apostadores el 4 de octubre, entonces el el sirio rendía 4 dólares por 1dólar invertido. Sin embargo perdió, otro es quien llegará a Suecia. En la lista hay para casi todos los gustos nacionales: varios gringos, franceses, españoles, italianos, un checo, algún coreano (del sur), portugués, israelí; lograron colarse México y Nicaragua rindiendo hasta 40 dólares por uno, pues la casa los daba como descartados de antemano. A lo mejor estaba encasillada alguna mujer, habría que revisar el listado. Tampoco salen rusos ni chinos.
Ha sido espectacular, no puede emplearse otro término, la participación de escritores, lectores, editores, agentes, corredores de bolsa en su doble sentido, comunicadores, artistas de televisión, Jugadores Anónimos en recaída, especuladores, empresarios y tantos más metidos al dinero fácil. Juego de manos. Azar del destino. Famoso cuerno de la fortuna. Probabilidades de obtener dinero. La casa Ladbrokers nunca pierde pero seguramente cumplirá a quienes apostaron por el elegido. Juego de manos ya no es juego de villanos sino de aristócratas ingleses y otras latitudes, pero no en Guatemala donde la concurrencia apuesta a los gallos navajeros en palenques amenizados bandas del narcocorrido. Tampoco perder la esperanza de que algún día apostaremos a las bellas letras para ganar dinero que es lo único realmente importante en este mundo. Recordar  dos cosas: Ahora quedan 77 candidatos para el Nóbel 2012 y esperar hasta el último minuto del siguiente 4 de octubre para evitar lo del pobre poeta sirio. Además, el grupo de los 77 rendirá premios literarios a futuro, como mínimo, durante cinco años consecutivos.

jueves, 6 de octubre de 2011

Pe(n)ladero

El segundo deporte nacional es pelar gente, chismorrear, pitorrearse. El primero, ya se sabe, es matar. Ahora recuerdo que pelar equivale a asesinar con la lengua. Y lo dijo una mujer famosa,  no mediática, ni siquiera  existía tal modismo. Y de eso no hace mucho tiempo.
Peladero significa hablar sobre personas. Hablar más mal que bien. En Guatemala, un hombre o una mujer se vuelven completamente buenos cuando mueren. Vivos todavía no.
El peladero es en grupo, gavilla, junta de parlanchines. Es degradación  de tertulias, de discusiones, carencia de ideas. Se parecen a charlas de café, aunque además del azúcar incluyen matar el tiempo despellejando material humano. Juntarse para hablar babosadas.
Peladero debería tener su entrada en el diccionarios de la lengua española porque es una de las voces más sonoras del castellano guatemalteco; desde ya recomiendo dicha tarea a nuestros académicos de la lengua.  Peladero es taller de chismografías como género oral de la literatura. El convite es de cuenteros medio amigos. Se juntan por entretenimiento, para desaburrirse de la vida. Los más avispados cuidan que el filoso peladero no vaya en  decadencia hacia una inquietante seriedad. Un buen peladero maldice de intelectuales, sus argumentos, debatir ideas. Es puro pasatiempo.
 Las tecnologías de comunicación realimentan pero pueden liquidar al despellejadero cuerpo a cuerpo, quitarle filo al chisme, a la noticia de última hora, al apeticido rumor. Lo mediático y la farándula le quitan carne a los peladeros y sólo quedan iconos insoportables. El peladero es otra cosa: chisme puro entre nos. Dios nos libre de facebook o twiter, porque somos fisiológicamente chismosos y no queremos  redes electrónicas para actuar. Ojalá siempre sea así, sino perdería su morbífica tradición. Sólo eso nos  faltaría  a guatemaltecas y guatemaltecos:  perder nuestros preciosos peladeros del parque, de la cafetería, del vecindario,  en los portales de la iglesia, en las esquinas del barrio, en cualquier parte. Podemos denominarlos club, asociación, hermandad, comité cívico, cofradía, pero siempre serán peladeros. Y siempre deben seguir mostrando su mejor tajada: les cuento la última, por ahí andan diciendo, secreto a voces, sangre en el ojo, no me lo van a creer, aquella que les conté,  él se miraba tan honrado. Todo un caudal de expresiones en que se educan las almas afines de connacionales, generación tras generación.
No sé si sean mujeres o varones quienes ganan el campeonato. Digamos que juegan de igual a igual, sin distinción ni discriminaciones.
Nota buena: la letra (n) remite al número de peladeros existentes en Guatemala, una cantidad infinita.

sábado, 1 de octubre de 2011

nada de ficción

Aunque parezca episodio de novela negra, lo del Barbas sucedió en la vida real. Lo puse tal como me lo contó, sin agregar ni quitar nada. Reconozco aquí que falté a mi palabra al garantizarle guardar  secreto, algo que él ni siquiera estaba pidiendo, yo fui quien me apresuré a ofrecer quedarme callado. Esto se queda entre nosotros dos. Nadie más lo va a saber. Ahora siento culpa por haber sido indiscreto, traidor seguramente, y al mismo tiempo tengo la seguridad de que es correcto divulgar cómo es el estilo, el modo, las maneras, el  método, en una frase: cómo actúan los secuestradores guatemaltecos. Por supuesto, lo sucedido al Barbas no es excepcional, más bien es la regla, y  como vimos, consiste en sembrar terror desde el principio. Agarrar la presa, bestializar, deshumanizar con una palabrota humillante y paralizadora. Uno tiene que estar callado para no morir al inicio de la inmovilidad forzosa. En ese instante apenas empezará la incertidumbre y el sufrimiento que puede durar horas, días, incluso años. Un tiempo siempre preñado de insultos,  golpes, vaivenes de promesas y amenazas como cortar la oreja para enviarla cual mensaje a quien tenga que entregar rescate. Orejas, dedos, ojos, párpados, cabelleras, y se vale mutilar y enviar cada fragmento. Tortura más allá del torturado físicamente, torturando mentalmente a la familia. Usted puede considerlo una técnica corriente o acto de sadismo; sin duda lo son pero no se queda ahí la cosa. Yo no acepto que sea sólo tecnología del criminal,  ni sadismo ó acción de psicópata. Y no lo acepto porque hay una seña  peculiar, una especie de idiosincracia guatemalteca en la ejecución del secuestro. La marca nacional.  Un inicio, desarrollo y final marcados por una crueldad extraña. No digo extraña porque haya actos de contenido diferente. En todas partes torturan, mutilan, desmenbran, amenazan, insultan, hasta puede haber torturas más excesivas y dolorosas, tales algunos testimonios en  Guantánamo, Ruanda o Corea, por mencionar algunos lugares, mas nuestra pequeña diferencia está en la gratuidad y persistencia que esos actos tienen en Guatemala. Para mi ese es el núcleo irreductible, lo inexplicable de la cuestión.  Manera extraña en maltratar el cuerpo y la mente con algo de gratuito, mostrarse tal cual, enseñar el modo turbio de ser guatemalteco, que deja sin respuestas a la historia o la psiquiatría. Dicho de una vez:  tiene algo de sacrificio humano, práctica arcaica oficialmente  inexistente, impensable para costumbres cristianas. Inadmisible en gentes de fe y razón.  Los malos existen pero Guatemala es buena y bonita. Esto no convence. A mi me perturba el trato al secuestrado, pues el modo de hacerlo es diferente a otras partes del mundo. Mostrar abiertamente cómo hacer lo inimaginable, aquello que no cabe en la cultura ni en las tradiciones oficiales. De eso se trata.
Como viene al caso decirlo, no he visto ni  he tenido noticias del Barbas, espero que esté bien, es decir,  libre completamente de sus secuestradores. Y que siga siempre libre aunque tenga que rezar largo rato,  ya que la alternativa sería su muerte atroz, por incumplimiento de pago.