sábado, 17 de octubre de 2015

A la colega periodista bielorrusa, ganadora del nobel de literatura, le confieso que también soy homo gringus




Me despierto temprano y por la tele escucho los briefs matutinos de CNN en castellano, así ya estoy con información en desarrollo. Me levanto y voy al aseo personal con pasta dental Colgate y jabón Palmolive. 
Vivo en un barrio popular guatemalteco, desayuno en Mcdonald's o Burger King, hago un poco de jumping mientras camino cinco cuadras. 
Ya sé que habrá mucha gente en fast food, excesivos a mi gusto. 
No quiero oirlos y siempre uso audífonos con música gringa, además para taparme los oídos. Lo mismo haré al atardecer. Luego de cumplir mi jornada laboral degustar un cartón extragrande de cofee starbucks, mientras chateo facebook con mis amistades virtuales.

Había olvidado contarte que uso jeans y tenis made in usa, aunque no sé si son falsificados, no importa, me interesa mi apariencia anglosajona. Calzado y ropa americana decimos, y es bien vista. La verdad es que casi todos vestimos igual, aspiramos a una vivienda igualmente de estilo californiana, hablamos igual, pero no propiamente en castellano sino calcos, préstamos, traslaciones, neologismos, anglicismos. Uno de los calcos que más nos gusta es empoderamiento,  mascota es otro préstamo que nos encanta.

Por supuesto lo máximo para homo gringus, mujeres y hombres,  es dominar el idioma inglés. Hablarlo bien. Sostener una conversación. 
Actualmente nuestros hijos e hijas ya hablan el inglés en esta Guatemala con más de 25 idiomas nativos. Ahora mismo mi hijo adolescente debe tener puesto su casco con audífonos en el deleite por Austin Mahome y disfrutando su videojuego call of duty para matar a Fidel Castro. 
A ti que te gustan los testimonios sobre homo sovieticus te puedo compartir que hace poco le pregunté a un niño indio, lustrabotas callejero, si le gustaría aprender bien el castellano y él me respondió: -quiero aprender inglés. Su lengua nativa es el quiché, tan desconocida como el bielorruso.
Yo soy homo gringus desde la infancia: no me interesaba la escuela ni las matemáticas, pero sí los cómics de superman, el llanero solitario, batman, dick tracy,  red ryder, tarzán, popeye, la pequeña lulú,  mujer maravilla, capitán américa,  pato donald, hopalong cassidy, jesse james con sus respectivo cómic y ficciones de película.
Jugaba diariamente a cowboy contra indios y me ponía mal hacer de indio.
Sentí mucha vergüenza cuando años después por la historieta mexicana Los Agachados me enteré que el cómic halcón negro era vulgar propaganda anticomunista, pero era demasiado tarde, yo estaba ya formateado como homo gringus, una capa de personalidad superpuesta a la del aindiado, castellanizado, mestizo guatemalteco que se mueven en mí contrariado  homo gringus. Precisamente hoy pensaba escribir sobre lo criollo español y el mestizo como rasgos del carácter guatemalteco.
Luego de los cómics pasé a ilustrarme con revista Selecciones reader's digest y Life pero solamente en castellano. Tratando de probar  lo mejor ingresé al club del whisky, pero como lo gringo se apoderó tanto de mi tuve que convertirme en anonymous, terapia alcoholics anonymous proveniente de Akron, Ohio, pero siempre en voces castellanas, aunque lea en inglés desafortunadamente no puedo comunicarme en esa lengua mundial.  
Como eres buena periodista te gustan las malas noticias, entonces te confío dos que son suficientes para entender mi retorcido american way:
Los gringos o estadounidenses experimentaron en Guatemala hacia 1950 vacunas contra la sífilis infectando muchas personas. Eso en el campo de la medicina.
Nos invadieron militarmente en 1954 para derrocar al gobierno comunista que pretendía nacionalizar la bananera united fruit company, entre cuyos propietarios estaban el director de la CIA y el secretario de estado: ambos hermanos Foster Dulles.

Desde entonces nos  han convertido en cada vez más homo gringus.

En este momento quieren imponer de presidente a un imitador de malos chistes que se llamaba James y hoy es Jimmy. Este homo empezó su propaganda electoral en United Estates para que después sus slogans resonaran acá en Xibaltepec-Guatemala.
No sé quien será peor, si tu Lucashenco o nuestro Jimmy,  pero este si es un transparente homo gringus con el agravante de cristiano evangélico fiel seguidor de Benny Hinn el pastor de los supermercados de la fe.
Acá, Svetlana, hay muchos mall legales e ilegales, religiosos y profanos.
Te he llamado Svetlana porque de veras me seduce tu nombre, me encanta tanto  como Nadja. 
He leído un testimonio de tu libro  Voces de Chernóbil, el de la mujer embarazada, la mujer del bombero y me ha parecido una buena entrevista, sin ser un reportaje directo desde el lugar de los sucesos, como si hizo Anna Politkóvskaya, hasta que el encono de los poderosos la aniquiló a balazos.
Siendo periodista ahora obtienes un premio nobel de literatura que también lo merecieron Anna y especialmente Ryszard kapuscinski, con más de 15 libros traducidos al español, incluido el extraordinario Ébano, sobre la destrucción del África por la desmesurada codicia occidental.
Eso de los premios literarios deja muchas deudas con todo y el montón de dinero, pero tu Nobel me parece políticamente descarado.
Quizá el último gran escritor premiado  sigue siendo J. M. Coetzee y eso fue en 2003.
Ahora lo que toca es gastar ese millón y medio de dólares, de los cuales bien podrías dar algo a tus luchadores por la libertad 

Siempre mantengo la esperanza que en la próxima premien a quien sea tan bueno o mejor que Coetzee.


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