lunes, 8 de abril de 2013

El día del golpe periodistas guatemaltecos soltaron libremente la lengua



Hoy expongo literalmente mi breve archivo con opiniones de columnistas guatemaltecos acerca del golpe de estado contra Hugo Chávez ejecutado en 20002. Las notas empezaron viernes 12 y terminan lunes 22 de abril.


Columnista
Opinión del golpe
Prensa
Director editorialista
Rebelión militar y popular
Diario de Centro América
Felipe Bosch Gutiérrez
Dictadura chavista
El Periódico
Humberto Pretti
Un montaje
El Periódico
Jorge Briz Abularach
Populismo e incapacidad
El Periódico
Virgilio Alvarez Aragón
Golpe bueno pero también malo
El Periódico
Olmedo España Calderón
Golpe malo pero también bueno
Diario Al Día 
Héctor Rosada
No ejecutaron mecanismo constitucional
El Periódico
Santiago Santa Cruz
Complot virtual
Diario La Hora 
Alfredo Balsells Tojo
Política complotadora
Diario La Hora 
Oscar Clemente Marroquín
Golpe fallido
Diario La Hora 
Director editorialista
¿Podrá gobernar Chávez?
Prensa Libre



Columnista
Opinión post- golpe
Prensa
Mario Antonio Sandoval
Incertidumbre
Prensa Libre
Director editorialista
Pesadilla
El Periódico
Jorge Palmieri
Tendrán que aguantar a Chávez. ¡Que Dios proteja a los venezolanos!
El Periódico
Director editorialista
Vuelve Chávez
Diario Al Día
Director editorialista
Regresa Chávez
Siglo 21
Paul Dougherty
Fantoche. ¡Que tortura para los venezolanos, pueblo de hombres bien parecidos y mujeres bellísimas, estar bajo la férula de este sujeto atronadoramente feo y desagradable por donde se lo mirara!                      
Siglo 21
Marco Augusto Quiroa
No, buitres golpistas
El Periódico
Luis Morales Chúa
El teniente coronel Hugo Chávez era en América Latina uno de los gobernantes  menos estimados por los demás gobiernos. Bush lo tiene en el índice de gobernantes  molestos.
Prensa Libre
Haroldo Shetemul
La caída de un merolico
Prensa Libre
Director editorialista
El aventurerismo de Chávez
Diario La Hora
Eduardo Villatoro
Gatopardismo
Prensa Libre
Gustavo Berganza
El chavezazo
El Periódico
Pablo Rodas Martini
No hay que confiarse en absoluto de militares como los venezolanos.
El Periódico
Francisco Pérez de Antón
Grotesco sainete
Siglo 21
Karin Escaler
¿Un país secuestrado?
Siglo 21
Julio Ligorría
Mitómano egocéntrico
El Periódico 
Mario Fuentes Destarac
Democracia de fachada
El Periódico 
Director editorialista
No renunció, lo echaron
Diario Al Día 
Luis Enrique Pérez
Embrutecido demagogo
Siglo 21


                                    Encuesta de Nuestro Diario, sábado 13 de abril 2002
                                      ¿Que opina usted de la caída de Chávez?


Gestor de cobros, Julio de la Roca:  estuvo bueno
Albañil, Jorge Ramírez:  lo aplaudimos
Vendedora de comida, Odilia Caballeros:  se cansaron
Contadora, Angela Santizo:  maravilloso
Vendedor, Mario Alegría:  era necesario
Contador, José Osorio:  su pueblo se le volteó
Granjero, Rigoberto Soberanis:  pasará aquí
Vendedora de jugos, Fernanda Velázquez:  estuvo bueno
Secretaria, América Bolaños: Por el cambio


Poco duró el gusto a los opíparos opinantes guatemaltecos. Dos días después se tuvieron que tragar su propia lengua, porque Hugo Chávez  Frías fue rápidamente reconocido como presidente constitucional, gracias a la movilización popular de los venezolanos.

En Guatemala, exceptuando  prensa impresa, los auto nombrados medios de comunicación informaron a cuentagotas durante y después del golpe. La televisión denominada nacional casi brilló por su ausencia, salvo un programa del empresario Dionisio Gutiérrez quien siempre  estuvo obsesionado por Hugo en un mal de amores nunca correspondido y que salía semanalmente  a relucir durante 15 años consecutivos en Libre Encuentro con la patética expresión "Chávez tiene la culpa de todo"  Ah  Gutiérrez, tan divertido en el melodrama de sus inquebrantables pasiones.

La radio tampoco mostró  interés especial por aquellos sucesos. En cambio la prensa escrita sí dedicó todas sus portadas multicolores para celebrar jubilosamente el golpe. Los dueños de esta prensa corporativa seguramente hubieran querido desaparecer aquel pesado fárrago publicado, pero pasadas 48 horas ya era demasiado tarde. Moraleja que cuesta mucho: guardarse de celebrar antes que finalice el partido.

Marielos Monzón debería merecer un buen final: Ella y nadie más hizo reporte radiofónico por Emisoras Unidas de Guatemala  desde las 7 noche,  sábado de abril 13,  hasta las  4 madrugada ya día domingo. Un montón de horas ininterrumpidas me mantuve despierto escuchando la comunicación que Marielos Monzón sostenía por teléfono, a larga distancia, con políticos situados  en Caracas, esperando aquí y allá  un desenlace, lo cual a mis oídos resonó en las insólitas palabras dichas por Hugo Chávez Frías como gobernante legítimo: "Nuestra constitución venezolana es como el Popol  Wuj de los mayas" Todo un acontecimiento al porvenir  y ya la noche había quedado atrás.   

    

martes, 29 de enero de 2013

Buena nota es legalizar las drogas, pero hay una mala







Arnoldo vive a 25 metros del punto donde venden cocaína y piedra. Punto de venta ó sencillamente el punto. Arnoldo está seguro que ese negocio al menudeo es bueno para él y su vecindario porque los narcos les brindarán protección gratis para que otros bandidos más criminales ni lo asalten ni lo lo maten.
Efectivamente en el punto venden variadas drogas, especialmente piedra, también conocida como crack,  bazuco, entre otros apelativos detonantes.  El negocio cabe perfectamente ubicado  en el catálogo del mercado libre: oferta-demanda-precios de mercado-compraventa-consumo. Dichas transacciones en Guatemala  están legalizadas de hecho y  se realizan a plena luz del día, aunque la demanda nocturna sea mayor debido al comportamiento de los consumidores, quienes  prefieren la oscuridad del punto, así  la tienda se mantenga abierta las 24 horas. Legalización de hecho desde hace varios años, casi una década, pero hoy más abierta, más transparente.
Sólo estamos hablando de Guatemala, también denominada Xibaltepec, particularmente el asentamiento criminal conocido como ciudad capital, en uno de sus barrios bajos, con ciertos aires familiares de clase media, aquí el éxito culmina en sentirse clase media ambiciosa con ingresos de 200 dólares mensuales. De algunos dólares habrá que agarrarse en este asentamiento sin asideros  ni calles con salida ni buen porvenir  ni buen  gobierno.
Hablando de gobiernos, eso del consumo mayúsculo de estupefacientes empezó con Vinicio Cerezo Arévalo hacia 1985 y sin detenerlo continuaron Serrano Elías, Arzú Irigoyen, Carpio, Portillo, Berger, Colom,  hasta  el actual presidente Pérez Molina. Durante todos estos turnos de gobierno la  dosis  de drogas ha estado completamente libre y con buena tasa de crecimiento. Es un negocio legalizado, aunque los tribunales de justicia y la televisión anuncien lo contrario. Sale sobrando hablar ahora de legalizar ó despenalizar cuando desde hace muchos años es una actividad legalizada en su comercio y consumo. El actual discurso de legalizar las drogas es puro show mediático destinado a la audiencia extranjera.  
Cualquiera que venga como turista  a Xibaltepec podrá observar como funciona la compraventa, así también la bebida, comer e inyectar estupefacientes en los antros del mercado informal. Podrá mirar con sus propios ojos a los policías cobrando impuestos en los puntos de venta informales, sin devolver facturas ni recibos. Nada de papeles para que todo esté en orden.
Según lo dicho,  Xibaltepec sería paraíso  de la sicodelia, puerta al séptimo cielo, como mínimo  carrusel de sensaciones exquisitas. No es así, estamos en la plaga de las adicciones. Según  lo dicho no habría que lamentar ni víctimas ni victimarios ni muerte. Pura vida loca y felicidad ilimitada. Pero en Guatemala-Xibaltepec lo que más se consume es letal crack. Hay drogas del infierno, purgatorio, paraíso y de los pobres, y aquí nos tocaron sólo las últimas. La droga de los pobres es por supuesto para los que no tienen dinero. Aquí abunda esa gente: mujeres y hombres jóvenes de barrios populares. Se podrían contar por millares aunque no haya datos numéricos ni estadísticas, ni estudios para información, porque institucionalmente no interesa que muera rápida o lentamente la juventud de la las familias pobres. Aunque pensándolo dos veces, por supuesto que interesan los pobres:  Sobreabunda población joven guatemalteca y  mejor que el crack se haga cargo de  eliminar una buena cantidad de esas vidas sin buen futuro.
Niños y niñas de la calle, adolescentes intoxicados,  jóvenes de barrios tildados por los medios  como  rojos y peligrosos, esos seres humanos son los que salen en la nota roja de la televisión, los que van a parar a la cárcel por tenencia de narcóticos,  cifras de muerte con olvido inmediato. Ni siquiera sirven para figurar en alguna telenovela del mal.
Propaganda en favor de regularizar, despenalizar o  legalizar la droga es tópico para el gusto extranjero, mientras en Guatemala la población joven carece de recursos económicos, acceso a información confiable sobre drogas, atención pública preventiva o rehabilitación. Cuando muchos ahí está la organización no gubernamental de narcómanos anónimos como única terapia disponible y cuando la crisis llega asimismo llegará el encierro en las casas privadas de tortura a las cuales se denomina casa hogar del adicto. Esta juventud resultó  como Guatemala:  mucho pasado, poco  presente, sin  futuro bueno.
Tenemos crack legal, comprado con moneda aparentemente legal, pero que no vengan con el cuento de que se puede reglamentar su consumo. El crack destruye el organismo, mata el cerebro humano en un trayecto de violencia donde el adicto también mata para comprar su dosis. Eso es lo único normal, el resto manipulación oficial mediática.
De tal círculo mortífero lo más seguro es que no se salve ni el mencionado Arnoldo, aunque por miedo ya ni salga a la calle pasadas las 6 de la tarde.  Arnoldo: la mafia del Pianista no te dará seguridad cuando llegue la hora del ajuste de cuentas a balazos. El Pianista no te cuida, sólo le interesa su negocio de drogas. Tarde o temprano, Arnoldo, la violencia del crack te alcanzará igual que a los demás vecinos, porque los efectos de la piedra  no se pueden pacificar ni regular ni normalizar. Según parece, Arnoldo, el crack vino para quedarse y matar gente indiscriminadamente.