jueves, 3 de septiembre de 2015

cosas impertinentes en la antesala electoral de Guatemala



Con su cuchicheo habitual  medio gay,  medio matoncito:  -Les pido sigan el ejemplo de Gloria.
La t.v. presentadora de  hijos de la política - hdp- responde extasiada:  -muchas gracias doctor.
Gloria Álvarez proclama en su programa una política divertida, puro entretenimiento y distracción.
Tal vez tenga cosquillas en algún órgano secreto.
Álvaro Uribe cuyos delirios paramilitares  rechinan entre  los locos nocturnos de ese gran basurero, centro histórico de Bogotá. 

Colombia, eso sí es eutanasia. 
Uribe y su cartel de Medellín.
Sicaresca es la denominación de tal cultura política, según la ecuatoriana Gabriela Polit Dueñas.

Nuestras otras locutoras son igualmente gloriosas,  entretenidas, graciosas, chulas, pintorescas. 
Tienen nombres igualmente  comunes y corrientes y siempre anuncian alguna depiladora láser  previo a noticiar  el primer macheteado matutino en Ciudad Quetzal, zona considerada roja, y concluyen presentando al mundo de los famosos en Hollywood.  

A eso le llaman aquí  nuevo periodismo interactivo y ciudadano.

Los de apellido masculino son lo mismo aunque un poco más picarescos.  Cuando entrevistan más bien interrogan, cual policía política bien entrenada.

Hoy hasta comunican órdenes de ir a votar, financiados por USAID estadounidense, violentando la libertad del abstencionismo: "Los ciudadanos gozan de absoluta libertad para emitir su voto y nadie podrá directa o indirectamente obligarlos a votar", según artículo 13 de la ley electoral. 

Personalmente  no creo en fiestas cívicas electorales, menos votar, mientras no fundemos un estado. Esta república es híbrida francesa, yanqui, española, sin incorporar constitucionalmente el carácter de las naciones guatemaltecas. 
 Hay un montón de papeles llamados constitución y normas jurídicas, papelería de abogados para tapar los hoyos de este vetusto asentamiento criminal que es Xibalbá-Guatemala. En próxima ocasión escribiré del estado de cosas. Para empezar, aprendamos a decir mandatario, porque se trata de un mandato, y si no se cumple debe ser revocado por el pueblo, 
Ahora mejor volvamos con la gente de los medios,  periodistas de radio, prensa, televisión. La gran mayoría son gente física y mentalmente vieja, insensible  y rígida, entonces cuesta encontrar alguien, cualquiera que salve la cara. Habrá dos o tres talentos entre el montón de cámaras y micrófonos.
Por supuesto, el mérito es para quienes reportan la noticia desde el lugar de los sucesos sin importar la hora, el clima ni los riesgos del punto. (Pierre Bourdieu estudia el asunto, pero es muy denso)

En Guatemala tenemos corporaciones noticiosas delictivas, ya lo dijo CICIG, institución de la ONU con la última palabra en materia de impunidades según facebook.

Los medios ocultan el dato, la información, el conocimiento, banalizan las comunicaciónes al grado de mera farándula. 
La parrilla es de hierro mohoso: publicidad + programas enlatados + futbol + 15 minutos de información  + celebridades = comunicación. 
Salir  ya de esos numeritos para empezar con un periodismo que aporte algo a la democracia, por  la cual tanto berrean. 

Guatemala no es  la ciudad capital, ni su delgada clase media. Son más los municipios y las comunidades indígenas del territorio interior. Inviten esa gente para que opine, pues ya repiten demasiado los cuatro gatos del mainstream. Esos opinadores  no dan para más, ya liquidaron sus razones.

Sin querer les tomé la medida y no contesten que apague la tele y la radio. En ese caso la mejor salida es apagarse ustedes para encender otra gente comunicadora.
Política comunicativa y comunicación política.
Pero no desacreditar un candidato electoral y acto seguido presentar su spot de propaganda, eso es desinformación cruda.

Alvaro Arzú, alcalde capitalino, autoritario senil, casi 30 años en el poder,  está trabado con que es vasco y nadie lo saca de tal quijotada. Siendo presidente ordenó sumariamente que sus pistoleros asesinaran  a Sas Rompich, un indio vendedor de leche quien  cruzó el camino por donde nuestro jefe de estado hacía su paseo hípico en las afueras  de Antigua Guatemala. INTENTO DE MAGNICIDIO, tituló al unísono la prensa nacional, es decir, todos los tabloides existentes en 1996.   La prensa lo sigue  considerando  dictador benevolente y le han dejado pasar sus corruptas privatizaciones y arbitrariedades. 
Hay mucha más atroz  gerentocracia, pero baste con Alejandro Maldonado Aguirre, presidente recién designado para sustituir al ya encarcelado Otto Pérez Molina. 

El anciano Maldonado Aguirre  fue cómplice en  la invasión estadounidense  de 1954. Desde ese año hasta el día de hoy ha ocupado cargos públicos importantes. Este miembro histórico del autodenominado partido de la violencia organizada, MLN, es nuestro actual presidente,  pero los comentaristas lo califican como notable constitucionalista, jurisconsulto conservador pero idóneo, distorsionando así el mensaje para acomodarlo al papel de moda. 

Exclamación: Caquix sigue como señor de Xibalbá, nuestra Guatemala profunda. 

Pérez dijo una sola verdad para su epitafio: "de nada servirá que me quiten porque el problema es el sistema". Además confesó sobre dos líneas criminales, la segunda son los grandes empresarios herederos del botín colonial.
Cualquiera sabe que aquí hay muchísimas líneas criminales, no solo defraudación aduanera. Corruptos y corruptores es un un modo de ser guatemalteco. 
Más que una telaraña se trataría de rizoma y sus brotes y retoños subterráneos del capital (habría que leer a Gilles Deleuze y eso, Gloria, es muy difícil y aburrido). 

Corrupción es solo una capa, pero en la más profunda se movió el eje de nuestro mundo político y para que vuelva cierta calma faltan años y la CICIG ya no estará para velar nuestras manifestaciones pacíficas. 
Por ahora seguirán los remezones, esperando uno para el próximo lunes 7 de septiembre del 2015.